domingo, 12 de julio de 2009

Amsterdam Arena

Recuerdo, desde Amsterdam, un reportaje que Canal+ emitió el día de la final en la que el Madrid ganó su séptima Copa de Europa, en el que Michael Laudrup, que ese anyo jugaba en el Ajax, ensenyaba a las cámaras el nuevo estadio del Amsterdam Arena, del que decía, entre otras cosas, que el césped estaba duro porque debajo de él había un aparcamiento.
De la final creo que sólo recuerdo el gol de Mijatovic y cómo lo celebré a pesar de ser, en aquella época, un barcelonista convencido. Pero alegraba que un equipo espanyol volviera a ganar la Copa. Después llegó la prepotencia, el recochineo y tal, y la octava Copa la viví queriendo que ganara el Valencia (y la novena el Bayer).
Por cierto, poco antes de la final de Amsterdam había salido el anuncio de Mitsubishi del senyor diciendo lo de: "y el Madrid que, otra vez campeón de Europa?". Después de la final emitieron el anuncio felicitando al Real Madrid.

4 comentarios:

Antihéroe dijo...

Yo recuerdo que lloré al terminar el partido pero no de felicidad (que también) sino de rabia porque el árbitro nos había hecho la vida imposible toda la final (sólo le faltaba rematar los corners)

yiyo dijo...

Yo recuerdo a Edgar Davids muy bravo en aquella final. La Juve era su 3 final consecutiva

Anónimo dijo...

yo no recuerdo prepotencia en ese madrid , y si recuerdo que se empezo a coger envidia a un equipo que ganaba titulos todos los años , no como antes de esa copa que ganaba un titulo cada 2 o 3 años , eso es lo que recuerdo yo.

Antonio dijo...

Puede ser, anónimo, son diferentes formas de percibir los comportamientos.
A mí, sinceramente, fue la sensación que me produjo. Era un equipo que después de 36 años (creo) sin ganar la Copa de Europa (eso sí, ganando muchísimo en España) se volvió a sentir el centro del mundo, con todo lo que eso supone en cuanto a los medios que lo rodean.
Yo ya te digo, me alegré de la séptima. El resto me dieron igual. Bueno, de hecho la de París me fastidió porque quería que la ganara el Valencia, y en la de ¿Glasgow? me dio pena por el Bayer, que lo había perdido todo ese año (iniciándose así la maldición de Ballack).
Por otro lado, con todo aquello por fin se le acabó a los barcelonistas la tontería de que los madridistas sólo habían ganado copas en blanco y negro.