domingo, 31 de mayo de 2009

Bataglia campal

Recuerdo un España-Italia de los Juegos del Mediterráneo de Almería, en aquella selección en la que estaban, entre otros, Puerta, Manu del Moral, Kepa y Arizmendi, en el que a los italianos se les fue la cabeza y se fueron autoexpulsando uno a uno, tanganas mediante, hasta que el árbitro tuvo que suspender el partido porque tenían menos de siete jugadores.

jueves, 28 de mayo de 2009

Ja la tens aquí, Pep

Recuerdo un 20 de mayo de 1992. En aquella época no teníamos tele en casa porque mis padres habían decidido que era buena idea prescindir de ese aparato durante un tiempo, que si no recuerdo mal no pasó de los dos años.
De modo que recuerdo que me fui temprano a la cama a pesar de que el Barça, mi Barça, se jugaba contra la Sampdoria ganar su primera Copa de Europa.
Recuerdo que mi hermano me contó al día siguiente que cuando Koeman había marcado, vino a mi cama a decírmelo y que yo, medio dormido, le dije que "qué bien".
Recuerdo la final de Atenas en el 94, las rayas del césped circulares, los goles de Massaro, un negro llamado Desailly haciendo y deshaciendo a su antojo en el centro del campo, las cantadas de Zubi, la pasividad de Romario, el muro defensivo del Milán -Rossi incluido-, el fin del Dream Team, las lágrimas de un niño de 8 años...
Después vino el fin de la Era Cruyff, el carrusel de entrenadores, la plaga de holandeses, las constantes eliminaciones en las fases de grupos, la final de Uefa del Alavés y la sensación de que era más atractivo ser de un equipo humilde.
De ahí a casi celebrar el gol de Sol Campbell en París (iban con uno menos y yo tiendo a apoyar al débil) y a gritar el de Belletti (algo quedaba de ese pasado culé). A no tener nervio alguno antes de una final en Roma contra el Manchester pero a acabar rindiéndome ante una constructora de fútbol en la que Guardiola traza los planos, Puyol carga los sacos, Xavi dirige la obra e Iniesta se encarga de la decoración. Algo tendrán estos tíos cuando han ganado las cuatro últimas competiciones que han jugado.
Yo, a lo mío, con la extraña sensación de no tener el más mínimo sentimiento hacia el equipo del que un día fui y por no llegar a identificarme con el equipo del que en teoría soy. Como las novias, tú.

jueves, 21 de mayo de 2009

Aquel extremo portugués

Recuerdo, ahora que Luis Figo se retira del fútbol de alto nivel, sus primeros años en el Barça y, especialmente, un aburridísimo empate a cero en una de las primeras rondas de la Recopa que ganaron con Bobby Robson, contra un equipo chipriota, en el que tuvo que jugar de delantero centro por las bajas de Ronaldo y Pizzi.

lunes, 18 de mayo de 2009

Recuerdos de infancia

Recuerdo los partidos de los recreos, cuando elegíamos a los equipos a "pares o nones" y que, al desconocer el significado de aquellas extrañas palabras, contábamos los dedos uno a uno cayendo siempre en la discusión de si se empezaba por nones o por pares.
Recuerdo cómo intentábamos atraer para esos partidos a quienes tenían otras distracciones previstas para su recreo (jugar al elástico con las niñas, a los indios y vaqueros de plástico o, simplemente, comerse el bocadillo tranquilamente sentado), porque intentábamos formar una defensa lo más nutrida posible a base de gorditos y mariquitas.
Eran tiempos en los que antes de empezar había que aclarar que los "bujinazos" estaban prohibidos ("no valen bujis"), por no hablar de los punterones. Años en los que las rimas de mi vida eran las de "de portería a portería, fullería" y, con melodía incluida, las de "hemos ganao/la Copa del meao/los que han perdío/se la han bebío". Sietes de enero con las calles llenas de niños vestidos de arriba abajo con una nueva equipación de fútbol a la que no le faltaban ni las espinilleras.
Los balones buenos, entonces, eran los que traía algún afortunado que ese día cumplía años y que, nos garantizaban, eran "de reglamento". Eso sí, ¡cuánto fastidiaba que alguien trajera un Mikasa, al que no lográbamos desplazar más de 5 metros (a pesar de tirar "con toas mis ganas").
Bendita infancia en la que hacían ilusión cosas tan simples como ponerle un número a una sencilla camiseta de algodón ("¿el 10 de Oli?, ¿el 11 de Tom?"). Tiempos en los que aún no importaba la marca de las botas de fútbol que regalaba la abuela aunque, eso sí, no podían ser de tacos porque si no en el colegio no nos dejaban jugar en el pabellón.
Tardes, aquellas, de partidos con "portero delantero" ("¡que es que somos uno menos!") o, si nada más había una portería, de "regatear y marcar" (también conocido como "Mundialito"), en el que cada uno escogía un futbolista "de los de verdad" ("pero sin repetir"). La alegría, no obstante, duraba hasta que llegaban los mayores y se abrían tres opciones: "echarles un partido", si nos dejaban, en el que sólo nos quedaba intentar darles patadas mientras nos pegaban un baño a base de "cachitas" ("cañitos") y "sombreritos", irnos con la cabeza gacha o, por último, irnos con la cabeza alta después de haber aguantado estoicamente (stoitchkamente) durante un par de minutos sus balonazos.
Era el momento, entonces, de llegar a casa con la cara llena de churretes marrones y, con suerte, con un nuevo agujero a la altura de la rodilla del pantalón de chándal, presto para que mi madre me pusiera, con la plancha, un parche que, muy probablemente, iría encima de otro parche ya añadido unos años atrás, cuando aquellos pantalones aún eran de mi hermano mayor y, en una de esas entradas que te hacían rodar por el suelo agarrándote la tibia con las dos manos, había agujereado una prenda con la que, meses antes, mi madre le habría ilusionado tras comprarla en cualquier tienda de deportes.

sábado, 16 de mayo de 2009

Míchel

Recuerdo cuando el hoy entrenador de su hijo en el Getafe, Miguel González Martín del Campo, "Míchel", le pegó desde 30 metros un pelotazo en toda la cabeza a un árbitro.
También recuerdo, aunque esas por vídeos, la de "¡Me lo merezco, me lo merezco!" contra Corea en Italia'90 que hubiese servido de bastante más si no hubiese apartado la cabeza mientras estaba en la barrera en la falta de ¿Stankovic? contra Yugoslavia...¡y la de Valderrama, hombre, y la de Valderrama!

miércoles, 13 de mayo de 2009

Des antécédents?

Recuerdo, compensando así en cierta medida el ventajismo del post anterior, una final de la Copa de Francia en la que Jacques Chirac se fue del palco porque los aficionados de uno de los equipos (corso, pero no recuerdo cuál exactamente) silbaron a la Marsellesa.
Creo recordar que "Monsieur Le President" exigió una disculpa pública para que pudiera comenzar el partido, o algo por el estilo.

Solari cargándose carreras futbolísticas (cual Figo, pero con más saña)

Recuerdo cuando Tomás Roncero, en aquellos primeros años de "El Tirachinas", dijo una noche que el Madrid quería quitarse de encima a Santiago Hernán Solari porque estaba frenando la progresión del que se esperaba fuera el extremo izquierdo blanco durante muchos años (una suerte de nuevo Gento, imagino que querría decir el bueno de Roncero): Raúl Bravo.

PD: Soy un ventajista de collons, sí. Llevo siete u ocho años aguantándome sin escribir este post porque temía que el lateral internacional me dejara en evidencia. En vista de que en el Numancia tampoco ha destacado como un extremo izquierdo rompedor (Barkero frena su progresión), he creído que ya había llegado el momento de rememorar el comentario roncerino.

domingo, 10 de mayo de 2009

Otra de presentaciones en verdiblanco

Recuerdo cuando el Betis repescó al "Tati" Maldonado, que había destacado en Segunda con el Lorca.
Cuando el canterano fue presentado, Lopera fue contando por todas las radios de la ciudad que "el Tati" era tan, tan, tan buen pelotero que directores deportivos de otros equipos ("de otros equipos, fíjese en lo que le digo") le habían dicho que atase bien a ese "furbolista" porque era -ojo- "el nuevo Villa".
La comparación, a mi modesto entender, se enmarcaba correctamente dentro del dicho popular que reza que éstas son odiosas. Y no sólo porque, como se ha podido comprobar años más tarde, el buen delantero andaluz no le llegue a la suela de los zapatos al crack asturiano, sino porque se estaba hablando de una réplica de Villa (quien a sus 24 años ya llevaba 56 goles en Primera) que era seis meses mayor que él!!
¡Que le venden la moto, Don Manuel, que le venden la moto!!!

lunes, 4 de mayo de 2009

Pedja siempre fue de mosquear a la penya

Tras disculparme por el título que encabeza el post recuerdo, viendo en Cuatro las imágenes de la gente increpando a Mijatovic en el aparcamiento del Santiago Bernabéu, una situación similar que le ocurrió al mismo protagonista hace unos trece años, aquélla vez en las instalaciones de Paterna, en la que el montenegrino, reprendido por aficionados valencianistas por su anunciada marcha al Madrid, llegó incluso a encararse con algunos de éstos.
Un tipo chulo, el de Podgorica.

PD: qué triste que quien hubiera podido quedar en el recuerdo de los madridistas como el héroe de "la Séptima", por meterse donde no le llaman acabe como un pésimo gestor gordo, fanfarrón y engominado (y con dos ligas en su haber, oiga).